Ya estamos en Septiembre, y aunque a muchas de nosotr@s la diversidad en nuestras vidas nos lleve a seguir un calendario más personal, no podemos dejar de reaccionar a la idea de estar ante un “inicio de curso”.
La idea de iniciar una nueva etapa, nos seduce, nos activa, nos planteamos nuevas metas, nuevos objetivos y tenemos por momentos la convicción profunda de que tenemos una nueva oportunidad… Podemos “salvarnos”, cambiar, regenerarnos… Este imperativo social nos ofrece una nueva oportunidad de valoración de nuestros asuntos y de nosotr@s mismas en relación con nuestros asuntos…
Pero claro, para “abrir” una nueva etapa y plantearnos nuevos objetivos previamente tendríamos que haber hecho los deberes y haber “cerrado” la etapa anterior.
Hace unos días me encontré con esta frase que, sinceramente me pareció brillante:
“hasta un audífono de Bluetooth sabe que tiene que desconectarse de un dispositivo para conectarse a otro…”
Eso que manejamos de forma automática en nuestros dispositivos a veces nos cuesta aplicarlo a nuestro propio funcionamiento.
Y es que es de vital importancia saber como chequear un asunto vivido y lo que esto conlleva de reflexión y conciencia sobre cómo nos hemos manejado en dicho asunto y saber si está cerrado o todavía hay algo pendiente.
¿Cómo he vivido esta situación o esta relación o este curso?
¿Me siento en paz o tengo en mi interior la sensación de algo paralizado o bloqueado…o no dicho?
Si es así, ¿qué he callado? Y ante quien… ¿cómo me siento?
¿He conseguido el/ los objetivos planteados?
¿qué he ganado? ¿qué he perdido?
Éstas son algunas de las preguntas que te pueden ayudar a contactar íntimamente contigo mism@ y ver como va tu relación con ese asunto o persona en cuestión.
La Gestalt presta especial atención a “los asuntos inconclusos”.
Los asuntos inconclusos son temas pendientes del pasado que llevamos a cuestas y que en momentos de descanso y recuperación de energía, nuestra mente los saca a la luz.
Es muy usual que en el momento en que queremos relajarnos para ponernos a dormir se hagan de pronto conscientes, abriéndole la puerta a esa vocecilla interna con que acostumbramos a machacarnos utilizando un discurso desvalorizador hacia nosotr@s mism@s, generándonos malestar, culpabilidad, rabia o tristeza.
Podríamos compararlos a “entes” que se mantienen vivos a base de nutrirse de nuestra energía.
Una cualidad esencial de nuestro organismo es que naturalmente tiende a completar cualquier situación o transacción que para él haya quedado incompleta. De ahí esa persistencia en mostrarnos “lo incompleto”.
Si no nos aplicamos a resolver estos “asuntos pendientes” el cansancio físico y mental formarán parte de nuestro día a día llevándonos a una sensación de congestión, pesadez e incluso de desmotivación ante la vida.
Es necesario para nuestra salud incorporar en nuestro día a día hábitos amorosos hacia nosotr@s mismas. Recogernos en un espacio donde parar, estar en quietud, respirar, reconocer cómo nos habla nuestro propio cuerpo, ver esos asuntos pendientes y honesta y amorosamente imaginar qué puedo hacer con ello, qué hay en mi mano que pueda hacer para resolver ese asunto.
Es necesario darnos tiempo para Armonizar cabeza y corazón. Saber darnos calma cuando lo necesitemos…y no dudaren pedir ayuda, si lo necesitas!
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