febrero 5

¿…Y yo qué puedo hacer para bajar el estrés que siento?

Por Isabel Rocatti

febrero 5, 2024


Cuantas veces durante una conversación sobre qué es el estrés y como éste se activa en nuestro organismo, me dicen…”sí, sí, lo entiendo pero yo que puedo hacer para no tener estrés?”
Creo que es importante que empecemos a darnos cuenta de aquello que todxs tenemos y que, ni en la educación recibida, ni en la opinión social en que hemos crecido, nunca se ha considerado útil ni un valor intrínseco para ser exitosxs en nuestras vidas.
Me refiero a aprender a escucharse a unx mismx, a reconocer las emociones y saberlas regular, aprender a respirar “bien” y saber de lo útil y beneficioso que resulta saber regular nuestra respiración para calmarnos o activarnos, de utilizar la atención, de aprender a estar solxs, de caminar y solo caminar, de beber y solo beber, de mirar y solo mirar
“Ahhh pero eso es perder el tiempo” o “no tengo tiempo para…”, “yo tengo que aprovechar el tiempo, tengo muchas obligaciones” “hahaha pero las mujeres no somos capaces de hacer varias cosas a la vez???”…éstas son algunas de las reacciones recibidas
…Yo era de las que hacía varias cosas a la vez para aprovechar el tiempo. Siempre combinaba actividades manuales y mentales. Así por ejemplo, aprovechaba fregar platos y darle vueltas a ese texto que tenía que escribir o a una escena de la obra que estaba ensayando …o aprovechaba para repetir y repetir un texto y así lo memorizaba.

En la Formación para ser Terapeuta Gestalt una de las prácticas que desde el inicio nos sugerían es hacer una a una las cosas. A prestar atención a cada una de ellas…así al fregar los platos, solo fregaba los platos. Mi atención estaba en lo que hacía…ordenar los utensilios sucios, llenar la pila de agua e ir fregando en un orden que considero útil. Sintiendo el agua en mis manos, la suavidad del jabón…si la mente se me “iba” a pensar en otra cosa, en el momento en que me daba cuenta, la volvía a enfocar a la actividad…así, sin más, sin juicios, sin decirme “¡ves otra vez te has ido!”.
De hecho también empecé a darme cuenta de la rapidez con me juzgaba…Y en cuanto ese pensamiento venía, aprendí a no darle importancia, a dejarlo pasar y volver a lo que hacía…
Conforme lo seguí practicando, comencé a sentir alivio, descanso mental…encontré placer en enjabonar vasos, platos y sartenes…no me lo podía creer!…Tranquilidad, ligereza. Belleza incluso…y luego, esa maravillosa sensación de empezar una cosa y acabarla. Que tranquilidad me produce sencillamente eso: constatar que la acción iniciada, la he acabado.
Y también descubrí, que cuando me sentaba a memorizar el texto y toda mi atención estaba en ello y no como antes mientras hacía otras cosas… memorizaba antes! Me siento más ligera y concentrada y me canso menos.

Y sigo encontrando oportunidades para practicar esto de “una cosa detrás de otra” Por ejemplo, beber agua. Cuantas veces beber unos sorbos de agua cuando sientes sed, es algo que haces al mismo tiempo que tienes la atención en otra parte…Es como un acto casi automático, hablar mientras abres la botella, o asentir a lo que el otro te dice mientas bebes…Prueba por esos segundos a poner tu atención en la botella, en abrir el tapón y en saborear el agua que bebes…otro mundo, te lo aseguro!.
Además eso que decimos los actores de “menos es más”, he comprobado que con esa ligera atención necesito menos agua para saciar mi sed…Y lo mismo con la comida.

Nuestro día a día esta lleno de pequeñas acciones y sólo que tuviéramos esa suave atención en lo que hacemos y nos vamos dando cuenta cada vez que algo empieza y termina ¡ya ésto es un alivio! Es como resetearte y empezar de nuevo… Y si además le pones respiración consciente al asunto, los beneficios físicos y mentales están asegurados… Pero de esto, hablaremos otro día!

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